viernes, 30 de octubre de 2015

“LO DIFICIL NO ES HACER LO CORRECTO, LO DIFICIL ES SABER QUE ES LO CORRECTO”

Tooodos los años de mi vida, todos los años de los que soy consciente, siempre hice lo correcto. Y heme aquí, amargada, estresada, llena de rabia, frustración e impotencia. Entonces qué fue lo que hice mal?

Un psicólogo amigo me dijo, “ Si fueran a dar un premio por ser la que más sufre….buena pendeja!” Pero yo me resistía a esa definición de mi misma. Nunca me vi a mi misma como pendeja o como alguien que los demás pudieran usar. Creí que no permití injusticias aplicadas a mi o a los míos, pero parece, que lo que para mí estaba pasando, no era exactamente lo que yo pensaba.

 “Me quede porque creía que hacia lo correcto”- fue mi respuesta

Zas! Aquí está el grave error! – Me dijo – A que llamas lo correcto?

Lo correcto era, que debía esforzarme con todo, a  salvar mi relación

Lo correcto es pensar en la familia, en mis responsabilidades y solo después de esto, pensar en mí. 

Lo correcto era no hacerle daño a nadie ni hacerle sentir mal con mis actos, aun significara sacrificarme.

Y así, mientras  cumplía con el mundo, haciendo todo lo que podría hacerme quedar bien frente a la sociedad, que pasaba con esta, que era yo?

Si siempre hice lo correcto,  entonces porque me siento tan mal? ¿Por qué no soy feliz?

Y mi amigo, un gran profesional, cambio mi forma de ver el mundo por años, en una tarde. 

Así, redefiní  lo que es CORRECTO para mí. Y lo correcto es todo aquello que hago, toda aquella decisión que tomo, partiendo desde mí y sin perder para que otros ganen. Es todo lo que pueda dar, prestar, hacer, servir haciendo feliz a otros sin sacrificar mi propio bienestar ni mi felicidad. Es no hacer sufrir, no causar daño, no robar, no herir, no gritar, no golpear, no abusar, no mentir, no ignorar a nadie, comenzando por mí misma.

Suena sencillo pero no es fácil, porque por años fue de la otra forma. Así que por  21 días antes de acostarme escribí y leí en voz alta mi nueva definición de lo correcto. Y comenzó apenas a las 2 semanas, a ver los resultados.

Algunas personas se habrán de resistir, dirán que es ser egoísta y es algo que rechazan.

Como dice OSHO: «Tú eres lo único que falta en tu vida» 

Mucha gente confunde ser egoísta con ser egocéntrico, términos que no son sinónimos.

En la cabina de un avión, antes de despegar te dan un instructivo para casos de emergencia.  Las muy específicas  instrucciones a los padres en caso de pérdida de presión en la cabina, es que deben de colocarse ellos primero la máscara, antes de colocarla a sus hijos pues el tiempo con el que cuenta es de apenas unos segundos. No hacerlo así, es arriesgarse a perder  la vida y dejar al hijo solo para lidiar con todo lo que vendrá después de ese momento.

El egoísmo al que me refiero, es aquel en el que te pones a ti primero (sin anular a los demás) por encima de las demandas y las expectativas de los demás.  No puedes dar lo que no tienes. Si no eres feliz, si vives haciendo sacrificios por los demás, si lo que haces no te llena o no te gusta pero crees que  lo “tienes que hacer”, la persona en la que te vas convirtiendo, no es tu mejor versión. Cada día tienes menos para dar. Cada día los demás tienen lo peor de ti.

No puedes dar lo que no tienes. Si no eres compasiva contigo, si no te cuidas, si no haces lo que te gusta, si no eres feliz, si no te amas, como puede dar a otros lo que no tienes?

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