Me surge la inspiración para escribir este artículo luego de que anoche a eso de las 11:00 p.m. haciendo zapping (cambiar de canales sin detenerse en ninguno) me encontré con un programa que me horrorizo, era un programa enfocado a tres niños que eran predicadores dentro de una iglesia. Estos niños tenían la edad de 4 a 11 años. Solo pude ver el primer caso, donde un pequeño de apenas 4 años, vocifera el evangelio, según ha visto a su padre hacerlo. Ahora lo tienen como un monito de circo en youtube y en la misma iglesia.
¿Por
qué horrorizada? porque todo mundo lo ve como algo encantador! Porque siento
una gran pena por este niño, es un típico ejemplo de lo que Alice Miller
describe como “el drama del niño dotado”. Fuiste una niña dotada? Este artículo
no está dirigido a los padres de estos niños, es muy probable que no entiendan
el drama que este niño está viviendo. Hoy quiero hablarte a ti, que fuiste un niño
dotado.
Y darte una perspectiva diferente de tu
historia, para que puedas sacar lo mejor de ella.
El
concepto del niño dotado es el título de un libro escrito por Miller esta fue
una niña que detecto en su madre dolor, abuso, incertidumbre. Y esta niña decidió
hacer algo con la situación que un adulto debía manejar: asumió la responsabilidad
de hacer feliz a su(s) padre(s) desde sus actos. Si no fuiste así, te preguntaras:
¿Y cómo un niño asume esta terrible, dolorosa y agotadora responsabilidad?
Ocurre un primer evento, donde el niño hace algo que deja maravillado a uno o
ambos padres. Es la primera demostración
de un talento especial o un encanto físico. La satisfacción que genera en el
niño esta aprobación quizás inesperada, le permitirá “creer” que él pueda
cambiar las cosas, que puede “reparar, salvar o mejorar” la vida de este adulto
tan importante para él.
Estos actos excepcionales (predicar como lo hace el padre), asunciones de oficios caseros a corta edad, obtención de notas sobresalientes, rendimientos extraordinarios en deportes o cualquier actividad extra curricular convertirá en un hábito la búsqueda de aprobación a temprana edad del o de los padres, más adelante buscará la del maestro, de los hermanos, de la pareja, de la sociedad
Cuando
este niño descubre la felicidad que causo en aquel padre insatisfecho, sufrido,
débil o colérico, ejecutara cada vez con más frecuencias estos actos.
En
el caso de esta criaturita de apenas 4 años, que monta un espectáculo de
repetir y gesticular con pasión palabras que él no es capaz de entender a su
edad (y no es un genio, porque no ha demostrado un desempeño superior en la
escuela, además de que su conducta el resto del tiempo es la de un niño de su
edad) buscando la aprobación de uno o ambos padres, ha quedado enganchando en
esta conducta, que mientras haga sentir orgulloso a su padre y él lo perciba,
continuara haciendo. Esta inteligencia que este niño está desarrollado, puede
identificarse como interpersonal, que es la inteligencia de entender y conectar
con las emociones y sentimientos de los demás.
¿Cuál
es el precio que este niño paga al convertirse en el suplidor de felicidad de
los adultos? Que al final deja de ser él,
de hacer lo que al le gusta, de ser el mismo, para convertirse en un realizador
que busca llenar las expectativas de los demás, dejando al final de sentir y
experimentar sus experiencias por estar pendiente de dar el rendimiento que él
piensa que esperan de él. Para la adolescencia y la adultez, van convirtiéndose
en personas o agobiadas de tanto satisfacer a todo el mundo menos a sí mismos,
o vacías porque ya ni saben quiénes son de las adaptaciones y transformaciones
a las que se ha sometido para ser lo que cree que esperan que sea.
Puede
un niño de 4 años desarrollarse plenamente, si luego de “trabajar” en llenar
las expectativas, queda sin energías físicas ni el tiempo para simplemente ser
un infante. Muchos de estos niños mañana serán considerados los héroes de la
familia, los que se esforzaron, demostraron, hicieron por todos los demás, pero,
¿A qué precio?
¿Si
tu infancia fue así, ¿Pregúntate, ¿De todas las metas que has alcanzado, cuales
te has detenido a degustar? Y cuantas solo la lograste si saliste corriendo a
lograr la nueva hazaña que te permita seguir demostrando que eres excepcional. Qué
pasaría si te detuvieras. Si te dijeras este día me lo tomo libre y te detienes
a pasar revista a tu vida, y descubrir, que no son tus acciones las que te
definen, ni tus logros, ni lo que hayas decidido definir como “éxito”. Que la
clave de la felicidad y el sentido de realización, vienen de entender, aceptar
y aplaudir desde dentro, esa ser increíble, único y especial en el que te
convertiste. Para que te puedas apear (bajarte) de ese tren de realizaciones en
el que llevas montado demasiado tiempo, para que puedas liberar a ese niño dolido,
madurado a destiempo que gime dentro de ti y puedas realmente comenzar a vivir auténticamente.
Quizás
te puede chocar lo que estoy diciendo ahora mismo o quizás ni eres consciente
de que eres de los que buscan aprobación. Puede ayudarte identificarte en
alguna de estas actitudes:
Ofenderse
terriblemente cuando alguien no está de acuerdo con sus ideas, afirmaciones o
formas de hacer algo.
No
atreverse a salir a la calle sin estar “nítido” porque es más importante lo que
piensen los demás que como te sientas ese día.
Tus
pensamientos y sueños son siempre contigo explicando, enseñando o justificándote.
La verdad os hará libre.
Lo
que busco con mis palabras, es ayudarte a ser libre. Porque todos merecemos ser felices y vivir
una vida prospera.
¡Un
abrazo y aquí a tus ordenes siempre!!!...
Kirssy
Kirssy
Lorenzo ,MGM
Conferencista,
escritora, profesora universitaria
No hay comentarios.:
Publicar un comentario